Muchas son las causas que pueden originar el dolor, tanto a reposo como en movimiento, pero podemos dividirlas en dos grandes grupos:
- Afectación estructura ósea: artritis y artrosis de las dos articulaciones que están presente en el hombro, la acromionclavicular o la escapulohumeral, así como la inflamación de algunas de las piezas óseas que la conforman.
- Afectación partes blandas: muchos son los músculos y tendones que le dan movilidad a la articulación, justamente por eso muchos pueden ser los culpables del dolor. Podemos encontrar sobrecarga, contractura o desgarro de los músculos al igual que tendinitis, tendinosis o desgarro de los tendones de la articulación. Afectaciones de los ligamentos o inflamación de la bursa de la articulación pueden ser también muy invalidantes.
El primer síntoma siempre es el dolor al realizar el esfuerzo, más adelante y si no cesa la actividad que nos provoca el daño, ese dolor aparecerá también a reposo junto con otros síntomas, inflamación y tumefacción de la zona afecta, irritación nerviosa e incluso, irradiación del dolor a codo y mano.
La primera medida que adoptaremos ante el dolor será el reposo de la articulación afecta, no es necesario el reposo absoluto, bastara con no realizar sobreesfuerzos durante 48 horas. La aplicación de hielo, de modo discontinuo (tres veces al día durante 15 minutos) también será de gran utilidad, trascurridas las primeras 48 horas y si el dolor persiste deberemos acudir al doctor y al fisioterapeuta para un diagnóstico y un tratamiento adecuado a nuestra patología.
El pasado Marzo os hablábamos de los ejercicios de Codman, que podían realizarlo nuestros enfermos de Alzheimer si tenían problemas en el hombro (https://www.alzheimertierradebarros.es/index.php/asociacion/sala-multisensorial/1-noticias-de-alzheimer/2789-ejercico-para-el-hombro-que-duele)
Estos mismos ejercicios, realizados de manera precoz en los primero días posteriores a la aparición del dolor también son muy efectivos.