El primer síntoma es el dolor en la parte externa del codo, posteriormente aparecerá la impotencia funcional con los movimientos de extensión de la muñeca y supinación del antebrazo, incluso con acciones simples como elevar una botella o una jarra o tomar una taza de café. El dolor suele ceder durante la noche y con el reposo.
La primera medida a seguir es el reposo de la articulación, evitar en la medida de lo posible el esfuerzo y la sobrecarga de la misma. La aplicación de hielo en las fases iniciales del proceso inflamatorio nos aportara grandes beneficios, más adelante cuando se haya establecido el dolor o en casos crónicos es mejor la aplicación de calor local.
Estos dos estiramientos son muy recomendables antes de realizar el esfuerzo, preparar la musculatura antes de solicitar su contracción es imprescindible para que no se sobrecargue, al igual que tras terminar la actividad física nos ayudara a relajarla.
Es muy complicado permanecer en reposo cuando una persona depende de nosotros, pero la epicondilitis es una patología seria, tiende a cronoficarse si no se trata y es bastante dolorosa, provocando incluso a provocar el bloqueo de la articulación, por ello, es importante acudir al médico y al fisioterapeuta si con las medidas iniciales no desaparece.
Marina Preciado Hortigón. Fisioterapeuta de Alzhéimer “Tierra de Barros”