Si a eso le añadimos la edad avanzada de nuestros enfermos de alzhéimer nos encontramos que un gran número de nuestros pacientes presentaran dolor y una limitación en la movilidad del mismo. No siempre es fácil trabajar con una persona con demencia, pero si además quieres movilizar una articulación que provoca mucho dolor, será difícil hacerle comprender que es imprescindible mover aquello que le duele, ya que es frecuente caer en el circula vicioso de “no lo muevo porque me duele y me duele porque no lo muevo”.
Una solución sencilla y al alcance de los distintos niveles cognitivos son los ejercicios pendulares de CODMAN, Estos ejercicios consisten en realizar movimientos pendulares de los miembros superiores, los cuales están pendiendo libremente, sin generarse ninguna acción muscular en el hombro dado que el desplazamiento de la extremidad es el resultado del balanceo suave y rítmico del tronco, se utiliza la gravedad para elongar los tejidos , evitar esta rigidez y disminuir el dolor sin comprimir la cabeza del humero contra el acromion.
Con respecto al dolor, debe considerarse que todo acto terapéutico que provoque debe interrumpirse inmediatamente, con lo cual, si duele hay que disminuir el arco de movimiento del brazo o parar.
Para la realización de estos ejercicios el usuario debe estar de pie, con el tronco flexionado a 90°, el miembro superior afectado pende hacia abajo en una posición entre los 60 y 90 grados de flexión. El movimiento pendular o balanceo del brazo se inicia haciendo que el paciente mueva el tronco ligeramente hacia atrás y hacia delante
Los movimientos iniciales deben ser de unos 15 grados respecto a la vertical, pero conforme el hombro se va relajando se deja que el movimiento vaya a 30 grados sin ningún problema