Como fisioterapeuta de la asociación, mi objetivo principal es que el paciente no pierda la capacidad de andar, que se mantenga lo más autónomo posible en el avance de la enfermedad, alrededor de ese objetivo se desarrolla todo mi tratamiento.
Y no es por presumir, pero casi siempre lo conseguimos! Y digo casi porque, aunque el porcentaje es poco, hay veces que es inevitable que el paciente termine en silla de ruedas, bien por la enfermedad propia del Alzheimer, bien por enfermedades coexistentes o por problemas logísticos de la familia.
Ocurre en ocasiones que, si el cuidador principal no cuenta con ayuda y no puede moverlo solo en casa, al usar dentro del domicilio la silla poco a poco se pierde esa capacidad también en el centro. Llegados a este punto cambia el objetivo final de la deambulación autónoma o asistida y tenemos otro: que el paciente se mantenga activo aun en silla de ruedas y que logue ponerse de pie, mantenerse y ayudar en las trasferencias, es decir cuando pasa de la silla a la silla de ruedas o de está a la cama. No es lo mismo un peso muerto que debemos levantar a peso que alguien que te ayude y colabore.
Por eso es importantísimo que aun en silla de rueda se mantenga el ejercicio, a ser posible activo o activo asistido, por ejemplo:
-Estirar las piernas, de manera alternante o las dos juntas
- Con la pierna estirada mover el tobillo, llevando la puntera hacia delante y hacia atrás
-Podemos usar elementos que les ayuden, como una banda elástica:
-Incluso pelotas, que puede recoger del suelo para hacer ejercicio con el tronco:
Es muy importante también, que se ponga de pie y permanezca un rato en esta posición varias veces al día, así lograremos prevenir también la aparición de ulceras por decúbito, principal problema de la inmovilidad:
Marina Preciado Hortigón (Fisioterapeuta centro de día de alzhéimer “Tierra de Barros”)