¿Qué nos encontramos? Pues los ojos más abiertos por un aumento de la hendidura palpebral, una disminución del parpadeo, una disminución del pliegue nasolabial y una boca entreabierta, muchas veces asociada al babeo.
La hipomimia no es un síntoma clásico del alzhéimer, suele ser más frecuente en Parkinson y estados depresivos, pero podemos encontrarlos en fases más avanzadas de la enfermedad dando lugar incluso, a rigidez por el aumento del tono de los músculos faciales
Como siempre la fisioterapia puede ayudarnos a retrasar y prevenir no sola la rigidez sino también los síntomas de la hipomimia, mediante ejercicios de movilización de la musculatura facial conseguiremos normalizar el tono de la misma.
Realizar ejercicios de expresiones forzadas, no solo nos vendrá bien a nivel facial, sino que es también un estupendo ejercicio cognitivo y llegar a convertirse incluso en una actividad lúdica: