El mecanismo de acción, la dirección en la que se cae el individuo y el grado de osteoporosis del mismo determina el tipo de fractura que se produce, incluso si es fractura luxación, esto es que no solo se rompe una de las estructuras que conforman el hombro, sino que se desplaza la cabeza del humero luxando la articulación.

Hay muchas maneras de romperse un hombro (rotura o fisura en la clavícula, en la escápula o en el húmero proximal), aunque hay muchas clasificaciones disponibles, la más habitual es la clasificación de Neer, que las ordena atendiendo a su desplazamiento y al número de fragmentos que la componen.

El tratamiento de una fractura de hombro depende de múltiples factores, tales como el trazo de la fractura, el grado de osteoporosis del paciente, su nivel de actividad, el estado de las estructuras estabilizadoras del hombro y en nuestro caso también influye el estado cognitivo del paciente. Los más frecuentes son:

• Tratamiento conservador, éste consiste en la reducción cerrada de la fractura y la inmovilización del miembro mediante un cabestrillo durante un tiempo que dependerá de los controles radiográficos. Es el que nos encontraremos con más frecuencia en nuestros pacientes, debido al grado de osteoporosis y demás patologías que presentan nuestros enfermos de Alzheimer, se tiende siempre a buscar tratamientos menos agresivos

• Placas de osteosíntesis se trata de placas que se fijan al hueso mediante tornillos, estabilizándolo durante todo el proceso de curación. Suelen emplearse en fracturas de mayor complejidad
• Clavos intramedulares Consiste en una barra metálica (generalmente de aleación de titanio o de acero) que se introduce a través del canal medular, estabilizando el hueso desde el interior
• Reemplazo protésico Una de las complicaciones más severas de las fracturas del húmero proximal es la necrosis de la cabeza femoral, cuando esto ocurre o se sospecha que vaya a ocurrir se utiliza una prótesis de hombro para arreglar la fractura

El proceso de rehabilitación también será diferente en cada caso, dependiendo del tratamiento elegido, aunque todos tienen un objetivo común: la recuperación de la funcionalidad de la articulación

Marina Preciado Hortigón (Fisioterapeuta del Centro de Día de Alzhéimer “Tierra de Barros”)