Las úlceras por presión son áreas de piel lesionada por permanecer en una misma posición durante demasiado tiempo. Comúnmente se forman donde los huesos están más prominentes, como los tobillos, los talones y las caderas... son más frecuentes en verano debido al aumento de la temperatura, la acumulación del sudor en las zonas de riesgo y la deshidratación.
El tratamiento y la resolución de la ulcera suele ser lenta y complicada, por ello es primordial la prevención, ¿qué podemos hacer?
- Mantener una higiene correcta, evitar la humedad del sudor en pliegues
- Ropa adecuada que permita una correcta transpiración de la piel, a ser posible de algodón y que no dificulte la buena circulación de la sangre.
- Evitar los largos periodos en la misma posición, para ello es aconsejable cambios de postura cada dos horas, si puede deambular un pequeño paseo cada hora mantendrá una correcta circulación y nos evitará los edemas en los miembros inferiores.
- Una buena hidratación de la piel es siempre imprescindible, pero en verano más, no solo externa sino interna, ingerir dos litros de agua al día es bueno para el funcionamiento de nuestro cuerpo y de nuestra piel, una piel deshidratada es más fina y frágil y se rompe y ulcera con más facilidad.
Otro gran problema para la integridad de la piel es el picor, bien sea por picadura de insecto, eczema, disminución de la circulación o irritación debido al sudor; debemos evitar que nuestro familiar se rasque, ya que puede hacerse pequeñas heridas que luego no cicatricen y se conviertan en ulceras.
En la medida de lo posible aumentar la movilización del paciente en esta época estival, reduciendo el tiempo que pasa en la misma posición y mejorando la circulación no solo prevenimos la formación de las ulceras, sino que ayudamos a la curación de las ya existentes.
Marina Preciado Hortigón. Fisioterapeuta de Alzhéimer “Tierra de Barros”