Saber afrontar convenientemente esta realidad es la clave de una mejor calidad de vida en el cuidado, tanto para el enfermo como para quien lo atiende.
¿QUÉ PODEMOS HACER?
- Lo principal es no utilizar la fuerza bajo ningún concepto, ni verbal ni físicamente, ya que, al sentirse obligados, la respuesta de agresividad puede ser aún mayor.
- Utilizar palabras tranquilas y no reproches.
- Invitarlo a que sea él el que se lleve las pastillas a la boca poniéndolas en sus manos, en lugar de introducirlas nosotros directamente en su boca.
- Si a pesar de todo, la negativa persiste, entonces una opción viable y eficaz es triturarlas y mezclarlas con los alimentos y bebidas.
- Si aun así sigue habiendo dificultades, desviar la atención durante un tiempo y luego volver a intentarlo.
- Referir al médico la dificultad, para que nos recete los medicamentos que sean susceptibles de hacerlo, en formato de gotas, sobres o parchas transdérmicos.
Mª Magdalena Galindo Díaz
Psicóloga Centro de Día de Alzhéimer “Tierra de Barros”