Estos problemas son los más conocidos, pero no los únicos que viene asociados a la edad, el paso del tiempo también produce:
- Aplanamiento de la bóveda plantar por la hipotonia de sus grupos musculares.
- Disminución de tejido adiposo en la almohadilla planta y perdida de la elasticidad de la piel, disminuyendo la amortiguación, aumentando así el dolor y favoreciendo lesiones por presión
- Problemas circulatorios, déficit en el retorno venoso.
- Disminución de la sensibilidad
Si acudir al podólogo con regularidad es aconsejable para todos, en nuestros pacientes de Alzheimer cobra más relevancia aun, ya que en ellos la sensibilidad, la percepción del dolor y la capacidad de comunicación están alteradas.
Además, como bien sabéis, la actividad física que más recomendados para mantener las capacidades de nuestros mayores es caminar, un ejercicio muy completo pero que se dificulta mucho si hay alguna complicación en los pies
Acudir periódicamente al podólogo para el correcto corte de las uñas y el mantenimiento de un pie sin lesiones en la piel, garantizará una mayor calidad de vida y nos evita problemas mayores a largo plazo. Además, conforme avanza la enfermedad, vamos a observar una mayor inestabilidad en la marcha junto con una disminución del tiempo de vuelo del paso y un aumento del tiempo de apoyo, con lo que la valoración por parte del podólogo puede ser de gran ayuda.
¿Qué podemos hacer para cuidar el pie de nuestro familiar con Alzheimer?
- Acudir al podólogo de manera periódica, para prevenir y vigilar y anomalías en la piel o uñas (callosidades, uñas engrosadas, uñas encarnadas, etc)
- Corte recto de las uñas del pie evitando esquinas que favorezcan que la uña se acabe clavando en la carne.
- Hidratación de los pies. Lo ideal es hidratar los pies cada noche, antes de dormir aplicando un masaje. Una crema que lleve urea en una concentración entre el 10 y el 20% ayudará a tener la piel más elástica y disminuirá por lo tanto el riesgo de lesión.
- Después del baño con agua templada, secar minuciosamente el pie, sobre todo en la zona entre los dedos y debajo de los mismos, ya que el mantenimiento de la humedad favorecerá la aparición de hongos, papilomas, etc.
- Usar un calzado de horma suficientemente ancha para evitar las rozaduras sobre todo en la zona de los dedos, así como una suela anti deslizante y cuyo tacón no sea mayor a 2-3 cm.
Marina Preciado Hortigón. Fisioterapeuta de Alzhéimer “Tierra de Barros”