El catarro común sigue una secuencia de sintomatología bastante habitual: dolor de garganta, malestar general, en ocasiones fiebre, obstrucción nasal, mucosidad, tos seca o ligeramente productiva. Si empezamos a notar alguno de estos síntomas, debemos ponernos alerta sobre todo para evitar contagiárselo a nuestros enfermos de alzhéimer, ya que ellos son un grupo de alto riesgo

Los médicos aseguran que la medida más eficaz es el lavado frecuente de las manos. Un estudio científico reveló que ocho lavados de manos al día en diferentes momentos reduce un 50% la incidencia de infecciones respiratorias y digestivas. También es importante no tocarse los ojos, la nariz o la boca  si no se ha lavado las manos y mantenerse alejado de las personas que estén enfermas,  cosa que es imposible en nuestro caso, ya que si debes cuidar de una persona dependiente no puedes dejar de asistirla para no contagiarle, en este caso es conveniente el uso de mascarilla.

No hay cura para el resfriado, los médicos recomiendan descansar mucho y beber abundantes líquidos.  Si bien es cierto que tomar más vitamina C en esta época no va a hacer que nos libremos de los resfriados, una persona bien alimentada y con una nutrición estable siempre tendrá una inmunidad de mayor calidad, sobre todo en nuestros mayores, que su sistema inmunitario está más debilitados o la presencia de patologías hacen que se complique un proceso vírico normal.

Cuando aparece tos, lo mejor es hidratarnos con líquidos agradables como la miel, el agua no muy fría o las infusiones y bebidas calientes.

En caso de reconocer los primeros síntomas es importante acudir al médico de cabecera, que supervise  el proceso vírico y ayude a evitar complicaciones.

Marina Preciado. Fisioterapeuta Alzhéimer “Tierra de Barros”