El calor, la larga exposición a la luz solar, los cambios bruscos en la temperatura corporal incluso la alteración de los ritmos biológicos son desencadenantes del aumento del dolor de cabeza en verano. Los ancianos son una parte sensible de la población, aun mas los afectados de alzhéimer debido a las alteraciones en la orientación espacial y de la sensibilidad térmica, por eso debemos prestar especial atención a los síntomas, ya que ellos, en ocasiones, no son capaces de expresar con claridad lo que les ocurre. Además del dolor, las cefaleas pueden venir acompañadas de nauseas, calambres, hipotensión, visión borrosa, cansancio, sudoración o incluso pérdida de consciencia en casos más graves.
¿Qué podemos hacer para evitar o retrasar la aparición del dolor de cabeza en verano?
- Evitar la exposición solar intensa y proteger la cabeza de la incidencia directa del sol
- Utilizar gafas de sol y ropa adecuada: de algodón, ancha y de colores claros
- Evitar los cambios bruscos de temperatura
- Hidratación constante, importante es que el agua ingerida no esté muy fría
- Dormir lo necesario y respetar un horario incluso en periodo vacacional
- Adecuar la alimentación a la estación, no realizar comidas pesadas ni de difícil digestión, ni saltarse ninguna comida
- Evitar el estrés y los disgustos.
Marina Preciado (Fisioterapeuta dentro de día de alzhéimer “Tierra de Barros”)