La comunidad científica está dividida en cuanto a lo que publicó recientemente el Whasinton Post, en cuyo artículo reveló que ocultaron su posible eficacia contra el mal de alzhéimer para ahorrarse la fuerte inversión económica que había que realizar si al final investigaban su eficacia para el mal de alzhéimer.
Como ya hemos comentado, algunos científicos creen que no hay datos lo suficientemente relevantes para iniciar un estudio sobre el mismo, mientras que otros piensan que el más leve indicio debe investigarse ya que por ahora es una enfermedad incurable con un grado de afectación mundial epidémico.
Cada uno debe sacar sus propias conclusiones al respecto, pero, sí que es cierto que hoy por hoy, cualquier mínimo indicio debe investigarse y valorarse, más que nada porque los gastos sanitarios que genera el alzhéimer son aún mayores que los que pueda generar una investigación sobre un fármaco experimental.
Tal y como está la situación, no se puede ahorrar en investigación, porque estamos hablando de la epidemia de salud del siglo XXI.