Dicha visita forma parte del conjunto de actividades programadas por nuestro centro de día para celebrar el Mes de María, y es muy especial, no solo porque es una tradición que llevamos realizando durante años y disfrutamos enormemente con ella, sino por la cariñosa acogida y el inmenso cariño que Flora tiene siempre para con nosotros.
Llegaron encantados y felices por haber podido repetir la visita un año más, y eternamente agradecidos a Flora por haberles abierto las puertas de su precioso altar.
Una vez más, reiteramos a Flora nuestro más sincero agradecimiento por permitirnos vivir esta preciosa experiencia que tanto nos emociona.
Siempre que regresan de ver el altar, una enorme sonrisa de alegría y satisfacción se dibuje en sus caras, porque ella les regala el afecto y la ternura que tanto necesitan para saber que, a pesar de su enfermedad, aún forman parte activa de la vida.
Un millón de gracias Flora por tu generosidad y tu entrega y por demostrarnos una vez más que nunca olvidas a los que ya no recuerdan.