- Dolor articular intenso.Por lo general, la gota afecta la articulación metatarsofalángica del dedo gordo del pie, pero puede ocurrir en cualquier articulación como tobillos, las rodillas, los codos, las muñecas y los dedos de las manos
- Inflamación y enrojecimiento.Las articulaciones afectadas se hinchan, se vuelven sensibles, se calientan y enrojecen.
- Amplitud de movimiento limitada.A medida que la gota avanza, es posible que no puedas mover las articulaciones con normalidad debido a la inflamación y al dolor.
La gota se considera una enfermedad “curable”: alcanzar un nivel adecuado de úrico en sangre consigue disolver poco a poco los cristales y hacer desaparecer los síntomas, el problema viene cuando se prolonga en el tiempo o se sufren ataques con mucha frecuencia que llega a afectar a la articulación de manera permanente afectando al cartílago que la recubre e incluso puede llegar a deformarla. Lo más efectivo para evitar llegar a este punto es la prevención:
- Evitar el consumo de mariscos y carnes rojas con alto contenido en ácido úrico
- Limitar o evitar el alcohol.
- Mantener una dieta adecuada rica en frutas y verduras, limitando el consumo de proteínas de origen animal
- Hacer ejercicio de manera habitual no solo ayuda a eliminar el ácido úrico sobrante sino que mantiene el buen funcionamiento de la articulación previniendo así deformaciones.