Y es que por cada dulce que ayer hicieron, por cada mantecado que adornaron, trabajamos de una forma afectiva, emocional y emocionante, las reminiscencias de unas fiestas cargadas de amor a la familia y de calor de hogar.
Pero nuestra actividad culinaria no quedará ahí, ya que, en los próximos días, y utilizando como hilo conductor los dulces caseros que han elaborado, culminaremos este proyecto de reminiscencia con una sorpresa entrañable que daremos a nuestros “abuelos”.
Así que no os perdáis las próximas entradas para saber que “regalo navideño” traerán consigo nuestros polvorones caseros.
Será un auténtico “regalo” de Navidad.