En este estupendo artículo se recoge la historia de algunas de esas familias que llevan en su herencia el desgraciado peso de un mal irreversible y devastador, pero que a pesar del legado que tienen, siguen luchando y prestando su ayuda desinteresada a la comunidad científica en esta carrera contra reloj para vencer a la desmemoria.
Casi con total seguridad no podrán disfrutar de la cura para su enfermedad, pero la herencia que podrán dejar a sus hijos y nietos, y a todos los que padecen la enfermedad, es la puerta abierta a la esperanza de una curación futura gracias a su generosidad y altruismo en los ensayos clínicos, a pesar de los riesgos que estos conllevan.
A fin de cuentas, la herencia no está solo en los genes, sino en las conductas de valentía y amor desinteresado que estos afectados muestran en su día a día.
Ellos posiblemente olvidaran su hazaña, su entrega y su sacrifico, PERO EL MUNDO NUNCA LOS OLVIDARÁ A ELLOS.