Ayer martes realizamos nuestra ya tradicional visita a “LA CRUZ DE FLOR”, un altar conmemorativo del MES DE MARÍA, que Flora instala en su casa y que nos ofrece con total generosidad para que nuestros abuelos puedan visitarlo y vivir de primera mano la celebración del mes de María.
Este año la visita la hemos realizado en dos días para que la mayoría de nuestros usuarios pudieran admirar y disfrutar esta preciosa actividad.
Dicha visita forma parte del conjunto de actividades programadas por nuestro centro de día para celebrar el Mes de María, y es muy especial para nosotros, no solo porque es una tradición que se lleva realizando durante años y nuestros “abuelos” disfrutan enormemente con ella, sino por la cariñosa acogida y el inmenso cariño que Flora tiene siempre para con nosotros y nuestros “abuelos”.
Como cada año, llegaron encantados y felices por haber vivido la experiencia, deseando repetirla, y eternamente agradecidos a Flora por haberles abierto las puertas de su casa y de su precioso altar.
Una vez más, desde aquí queremos reiterarle a Flora nuestro más sincero agradecimiento por ser la artífice de esta preciosa iniciativa que tanto nos gusta y emociona.
No es de extrañar que siempre que regresan de ver el altar, una enorme sonrisa de alegría y satisfacción se dibuje en sus caras, porque ella les regala el afecto y la ternura que tanto necesitan para saber que, a pesar de su falta de recuerdos, aún forman parte activa de la vida.
Un millón de gracias Flora por tu generosidad y tu entrega y por demostrarnos una vez más que nunca olvidas a los que ya no recuerdan.
Ayer martes realizamos nuestra ya tradicional visita a “LA CRUZ DE FLOR”, un altar conmemorativo del MES DE MARÍA, que Flora instala en su casa y que nos ofrece con total generosidad para que nuestros abuelos puedan visitarlo y vivir de primera mano la celebración del mes de María.
Este año la visita la hemos realizado en dos días para que la mayoría de nuestros usuarios pudieran admirar y disfrutar esta preciosa actividad.
Dicha visita forma parte del conjunto de actividades programadas por nuestro centro de día para celebrar el Mes de María, y es muy especial para nosotros, no solo porque es una tradición que se lleva realizando durante años y nuestros “abuelos” disfrutan enormemente con ella, sino por la cariñosa acogida y el inmenso cariño que Flora tiene siempre para con nosotros y nuestros “abuelos”.
Como cada año, llegaron encantados y felices por haber vivido la experiencia, deseando repetirla, y eternamente agradecidos a Flora por haberles abierto las puertas de su casa y de su precioso altar.
Una vez más, desde aquí queremos reiterarle a Flora nuestro más sincero agradecimiento por ser la artífice de esta preciosa iniciativa que tanto nos gusta y emociona.
No es de extrañar que siempre que regresan de ver el altar, una enorme sonrisa de alegría y satisfacción se dibuje en sus caras, porque ella les regala el afecto y la ternura que tanto necesitan para saber que, a pesar de su falta de recuerdos, aún forman parte activa de la vida.
Un millón de gracias Flora por tu generosidad y tu entrega y por demostrarnos una vez más que nunca olvidas a los que ya no recuerdan.