A Nuria, nuestra querida Nuria, que cada año sabe transmitir a sus alumnos el sentimiento de entrega, compromiso, generosidad, respeto y cariño para los que, por culpa de la enfermedad, ya no tienen pasado ni futuro.
Al resto de profesores que han colaborado con ella en este proyecto, Karmele, Valentín, Vanesa, Isabel y Yolanda, los cuales no han escatimado en su deseo de apoyar y ayudar, aportando su tiempo y sus ganas de compartir esta preciosa experiencia acompañándonos en esta dura y larga batalla contra el mal de alzhéimer.
A nuestros “abuelos”, por su alegría, sus sonrisas regaladas, sus abrazos compartidos y sobre todo, por sus ganas de vivir a pesar de todo.
Es una sensación única e indescriptible observar cómo el corazón de las personas es tan grande y hermoso que ni los años, ni la edad, ni las diferencias culturales y/o generacionales pueden separar a quienes sienten verdadero afecto y empatía.
Nuestros “abuelos” elaboraron para todos ellos un pequeño obsequio cargado de simbolismo, para mostrarles nuestro agradecimiento por la experiencia vivida, para que no olviden nunca que nosotros siempre estaremos aquí para ellos, que ésta siempre será “su casa” y que su recuerdo no se borrará de nuestros corazones.
Finalizamos con una última palabra, GRACIAS. Gracias a todas las personas, tanto del instituto “Carolina Coronado” como de nuestro centro de día, que han hecho posible con su esfuerzo y su ilusión, la realización por quinto año consecutivo de un taller tan importante para nuestros usuarios, y tan enriquecedor para ese grupo de adolescentes que son la sabia del futuro, los profesionales que el día de mañana serán los que cuiden a nuestros enfermos.
GRACIAS DE TODO CORAZÓN POR NO OLVIDAR A LOS QUE YA NO RECUERDAN.