Muchos son los cuidadores que padecen dolor de espalda, algo muy común debido al estrés y al esfuerzo físico que se someten diariamente al cuidar de una persona dependiente. Debemos colocarnos adecuadamente a la hora de levantar o de cambiar de posición a nuestro enfermo, de no ser así, la presión que ejercemos sobre nuestra columna no es uniforme y podemos dar lugar a contracturas musculares que dificulten aún más nuestra labor..
Normalmente, cuando aparece una contractura, el reposo y evitar realizar esfuerzos alivian el dolor de espalda, pero eso son lujos que un cuidador que no siempre pueden permitirse. Eso provoca que el sobreesfuerzo al que sometemos a nuestra espalda y aún más si ya se encuentra dolorida provoque un dolor continuo, incluso a reposo, que prolongado en el tiempo puede considerarse crónico.
Son muchos los cuidadores que acuden a la consulta doblemente preocupados, primero por si la lesión es más grave de lo que en principio pensaban, ya que el dolor continuo durante meses e incluso años y segundo por si serán capaces de curarse sin hacer reposo ya que no pueden dejar de cuidar a su familiar dependiente.
Y la respuesta es siempre la misma, SI SE PUEDE, costara un poco más de trabajo pero siempre se puede mejorar un dolor, será cuestión quizás de un poco más de tiempo, pero con paciencia y una serie de cuidados en el domicilio, cualquier dolor mejora, no hay que perder la esperanza y rendirse.
Marina Preciado Hortigón (Fisioterapeuta Centro de Día de Alzhéimer “Tierra de Barros”)