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Marina Preciado Hortigón (Fisioterapeuta Centro de Día de Alzhéimer “Tierra de Barros”)
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Esta semana estimulamos el tacto en nuestra sala multisensorial, el tacto es quizás uno de los sentidos menos apreciados pero el más útil para la supervivencia del ser humano, ya que los receptores de la piel son los primeros en recibir el estímulo y llaman la atención del sistema nervioso central sobre las heridas, quemaduras, picaduras y cualquier otra agresión mecánica, térmica o química que sufre el organismo. Sin este sistema de alarma, correríamos el peligro de no darnos cuenta de que estamos siendo atacados.
El sentido del tacto nos permite también percibir cualidades de los objetos y medios como la dureza, aspereza o suavidad, al igual que la temperatura de los mismos. Los diferentes receptores nerviosos de la piel se encargan de transformar los diferentes tipos de estímulos del exterior en información susceptible para ser interpretada por el encéfalo. Por ello es importante la estimulación sensorial en enfermos de alzhéimer, no solo para potenciar y mantener una capacidad física el mayor tiempo posible sino porque mediante la estimulación del tacto conseguimos también una estimulación cognitiva.
La sensibilidad táctil, se divide en dos tipos, los cuales, para llegar al encéfalo, siguen vías sensitivas diferentes:
El ejercicio en cuestión ha sido el siguiente: Les hemos proporcionado en nuestra sala negra diferentes objetos para reconocer con el tacto, como se aprecia en la foto han podido tocar objetos con diferentes cualidades, blandos, duros, ásperos, suaves, elásticos, rígidos… no solo debían reconocer que objetos tenían entre manos, sino describirlos y compararlos entre ellos. Un ejercicio muy sencillo de realizar en casa pero de gran utilidad, no dudéis en ponerlo en práctica!
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Marina Preciado Hortigón (Fisioterapeuta Centro de Día de Alzhéimer “Tierra de Barros”)