La experiencia de más de diez años trabajando en un centro geriátrico le valió a Sara Sánchez García, terapeuta ocupacional, para darse cuenta de que no había mucha literatura infantil relacionada con el alzhéimer. Así, observando a los niños que iban a visitar a sus abuelos, se preguntó hasta qué punto entendían lo que era la enfermedad. A partir de ahí pensó «en explicar la fase inicial de la enfermedad en forma de cuento para hacerlo accesible a los más pequeños y es lo que he tratado de plasmar en No te olvido», afirma la autora del texto.
La protagonista del cuento, una niña llamada Esther, colabora en la intervención a su familiar: «Me gustaría que los niños entendieran que, en la medida de sus posibilidades, ellos pueden formar parte de esa etapa de la vida de su abuelo o abuela. Los nietos también pueden colaborar», destaca Sara, que además ha incluido al final del libro «una serie de aplicaciones didácticas que pretenden hacer que el niño se interese por saber más sobre el alzhéimer, que aprenda y que lo pueda relacionar con su propia historia personal».
La autora del texto afirma que, aunque al principio sí se intentan justificar ciertos comportamientos alegando que son cosas de la edad, «no creo que sea para esconder o disimular la enfermedad, sino por desconocimiento. Desde luego hacer como si nada pasara es un error, siempre hay que explicar a los niños lo que está ocurriendo».
Respecto a las hermosas ilustraciones del cuento, obra de Rosa Cánovas Camino, la autora señala que «le propuse la idea de hacer las ilustraciones sin haber comenzado apenas a escribir el texto y la sintonía entre ambas ha sido total. Los dibujos aportan fuerza al texto y desde luego No te olvido no sería lo mismo sin las ilustraciones de Rosa».
Fuente: https://colaboracion.imserso.es/entornoColaboracion/view/artefact.php?artefact=1095&view=169