El 94% de los casos de EA son afrontados por familiares.
La demencia se ha convertido en una pandemia internacional. Afecta a 46,8 millones de personas en el mundo y las previsiones para el año 2050 son que la cifra de pacientes se triplicará.
El impacto es aún mayor en países con ingresos medios y bajos donde la familia asume el cuidado del 94 por ciento de las personas con demencia”, según la vanguardia.
En España cerca de 1,2 millones de personas padecen Alzheimer, y aunque aún no se conozca una cura, no podemos quedarnos ahí. Tenemos la posibilidad, como familiares, afectados o profesionales de incentivar la responsabilidad personal.
Esto es, ser conscientes de los riesgos y reducir, así, el número de afectados en el futuro. A la vez que también podemos incentivar la responsabilidad civil, para que todos seamos dueños de la demencia y permitamos vivir mejor a las personas que la padecen.
El familiar como cuidador principal
La familia son, en la mayoría de los casos, los encargados del cuidado del paciente con Alzheimer.
Especialmente en las familias con ingresos bajos (el 94%), donde las pocas ayudas sociales (en el caso que las hubiera) no permiten la búsqueda de ayuda externa.
Simbólicamente el cuidador principal se personifica en la mujer (en proporción 4 de 1 caso en rol asumido por hombres). La edad promedio del cuidador del enfermo de Alzheimer es de 50 años.
Cuidar a una persona mayor puede ser, a pesar de las dificultades y la dureza de la situación, una experiencia muy satisfactoria para el cuidador. Supone luchar por alguien a quien se quiere, a quien se desea expresar cariño o interés.
También, a veces los cuidadores descubren que poseen unas cualidades que no conocían, experimentar un crecimiento personal. Sienten que han evolucionado como personas a través de las situaciones asociadas al cuidado.
Qué podemos hacer?
Ante el futuro que nos sobreviene, sensibilizar y tratar de prevenir se convierte en la tarea primordial. Para ello se aconseja reducir los factores de riesgo en la población promoviendo el envejecimiento activo y saludable, cuidando el corazón y la dieta, realizando deporte y actividades que estimulen nuestro cerebro y manteniendo el círculo social.
Para ello es esencial trabajar desde las instituciones con campañas que traten de concienciar a la sociedad del problema.
Una adecuada planificación de tareas y sustentos junto a la coordinación de todos los miembros de la familia es de vital importancia.
Siguiendo una distribución de responsabilidades, conseguiremos aliviar la carga del cuidador principal y proporcionar así una mejor atención al enfermo. De esta forma, se hace inexcusable el asesoramiento y la ayuda externa hacia el seno familiar, para minimizar las reacciones de estrés del cuidado prolongado.
La instrucción en estrategias de afrontamiento del estrés y la utilización de la red social se refleja positivamente en la salud del cuidador.
Entre las redes sociales que se constituyen como apoyos del cuidador destacan: los grupos de apoyo, las asociaciones, programas educativos, el apoyo profesional, internet y foros especializados, encuentros presenciales y talleres.
Autor: Rocío Medina Armenteros
Fuente: http://www.alzheimeruniversal.eu/2016/07/04/94-por-ciento-de-los-casos-de-ea-afrontados-familiares/