No es la primera vez que en nuestra web hacemos referencia a las investigaciones que asocian determinados componentes de la personalidad de un individuo con el mayor riesgo de padecer demencias degenerativas como el mal de alzhéimer.
Pero hoy vamos mucho más allá, y es que ya no son solo las características de personalidad de una persona, sino factores externos asociados a un posible malestar psicológico, tales como ansiedad alta o estrés, los que están comenzando a demostrar sus efectos negativos en el funcionamiento cerebral.
Esta es la conclusión a la que ha llegado un grupo de investigadores del “Baycrest health sciences Rotman research institute”, los cuales han comprobado como el riesgo de desarrollar alzhéimer en personas con un deterioro cognitivo leve aumenta significativamente si dicho sujeto sufre niveles de ansiedad elevados.
Una muestra más de que la salud psicológica del individuo es una pieza clave para prevenir o retrasar enfermedades como la demencia alzhéimer.