Ayer fuimos nosotros los que elaboramos nuestra propia cruz de Mayo para festejar el mes de María.
Una cruz con las imágenes de La virgen y con unas flores preciosas que nos dan los hermosos rosales de nuestro jardín.
Entre todos, trabajadores y abuelos, hicimos nuestra propia Cruz de mayo y aunque es una muestra sencilla y humilde, para nosotros está cargada de afecto, cariño e ilusión porque la elaboramos con nuestras propias manos, con nuestro entusiasmo y con nuestras Rosas, esas rosas que reflejan la belleza a pesar de sus espinas, esas rosas que son como la vida misma, llena de alegrías e ilusiones a pesar de las penas, y el dolor que a veces nos producen sus espinas.
Porque aunque el olvido y la desmemoria se adueñen de los recuerdos y los borren como las olas borran las huellas de la arena, la ilusión por seguir viviendo y disfrutando las alegrías de la vida a pesar de todo siguen y seguirán intactas.