Ayer vivimos una de las celebraciones litúrgicas más simbólicas que existen en la tradición católica.

Nuestros usuarios recibieron las cenizas consagradas que dan inicio al tiempo de cuaresma. Todo gracias a la generosidad del sacerdote, D. Rafael Julián Rey, que como el año anterior, tuvo la deferencia de desplazarse hasta nuestro centro de día para que nuestros abuelos también pudieran recibir las cenizas cuaresmales.

Gracias, D. Rafael, por estar siempre cerca de los que más lo necesitan, ya que para muchos de nuestros abuelos este tipo de actos litúrgicos representan una carga emocional llena de alegría por poder seguir disfrutando de sus creencias y su fe.