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El pasado día 18 de enero tuvo lugar uno de esos sucesos que llegan al alma por lo triste y lo desgarrador del mismo. Un hombre de 78 años acabó con la vida de su mujer, enferma de alzhéimer y posteriormente se suicidó. Según se sabe, dejó una nota de despedida para sus hijos en la que pedía perdón por lo que había hecho pero reconocía que no podía soportar más el dolor de ver a su mujer vivir así, y que por seo decidió que lo mejor era que los dos murieran y fueran, palabras textuales, “enterrados juntos”.

Una triste noticia que refleja el grado de dolor, sufrimiento y desesperación que sufren a veces los familiares de los enfermos. Un grado tal de angustia que lleva a ver la muerte como la única solución, ya que vivir así a veces se hace insoportable.

Por eso es tan importante que tomemos conciencia de la importancia de tratar no solo al enfermo, sino al cuidador que sufre indirectamente la crueldad de esta desgarradora enfermedad.

Un equipo de investigadores  de la Universidad de Emory (EEUU), realizó recientemente una investigación que pretendía comprobar si leer novelas podía afectar de una forma u otra al funcionamiento cerebral. Y las conclusiones son sumamente significativas ya que se ha podido comprobar queleer novelas genera cambios en la actividad cerebral, aumentando los niveles de imaginación y mejora la fluencia verbal, llegando incluso a crearse nuevas conexiones neuronales.

Está visto que la lectura es una de las herramientas más potentes que existen para entrenar nuestro cerebro y fortalecerlo de una forma óptima y efectiva.

Así que lo mejor será elegir una buena novela llena de intriga que active no solo nuestro interés sino a nuestro cerebro. 

Según un estudio realizado por investigadores de la universidad de Yeshiva de Nueva York, el estrés duplica el riesgo de padecer deterioro cognitivo de tipo mnésico. Esto quiere decir que si tenemos en cuenta que este tipo de deterioro cognitivo es el paso previo al alzhéimer, el riesgo de sufrir esta enfermedad neurodegenerativa aumenta al sufrir este síntoma previo.

Y todo a consecuencia de elevados niveles de ansiedad y estrés. Niveles muy perjudiciales para la salud que aumentan no solo el riesgo de enfermedades cardiovasculares, musculares, o digestivas, sino que repercute directamente en el normal desempeño de nuestras funciones cognitivas.

Visto lo visto, no queda más remedio que comenzar a intentar controlar nuestro estrés para mejorar la salud y el bienestar no solo de nuestro cuerpo, sino de nuestra mente.

La investigación para frenar el alzhéimer avanza, y son nuevos caminos los que están empezando a investigarse para intentar encontrar una cura para esta lacra de salud. En este caso la inmunoterapia es la nueva vía de investigación y aunque todavía es pronto para sacar conclusiones al respecto, parece ser que la terapia inmunológica puede ser la clave para encontrar un medicamento o una terapia fiable para el mal de alzhéimer.

Según un estudio  publicado en la revista “The American Journal of Psychiatry” los video juegos de aprendizaje y memoria pueden tener un efecto protector sobre el cerebro haciendo que se retrase la aparición de las primeras señales de deterioro cognitivo asociado a la edad. Es evidente que poner las nuevas tecnologías al servicio de la salud es una herramienta útil para poder fortalecer nuestra salud cognitiva el máximo posible.

Habrá que ir introduciéndolas poco a poco en el entrenamiento cognitivo para prevenir o trabajar el deterioro patológico.

Partiendo de la base de que la actividad física ejerce de factor protector para el funcionamiento de nuestro cerebro, no es de extrañar la conclusión que se extrajo en las Primeras Jornadas sobre actividad física para las personas mayores, llevada a cabo en la Facultad de Ciencias de la Empresa de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT).  En las mesas de trabajo que se llevaron a cabo durante estas jornadas, numerosos profesionales concluyeron que practicar deporte regularmente  puede enlentecer la evolución de enfermedades degenerativas como el Alzheimer.

Ya tenemos otro motivo más para no retrasar ni un día más la práctica de algún deporte. Un simple paseo diario de 45 minutos puede ser suficiente para ayudar a nuestro cerebro a protegerse contra el mal de alzhéimer.

Un nuevo estudio realizado por investigadores del Centro de Investigación de la Demencia ‘Alzheimer Escocia’ de la Universidad de Edimburgo (Reino Unido), concluye que la exposición reiterada a determinados factores de contaminación atmosférica eleva el riesgo de padecer demencia. Además, también añade  que bajos niveles de  vitamina D también está asociado a un mayor riesgo de sufrirla. Y el estudio no solo queda ahí, sino que concluye que también puede ser posible que la exposición a determinados pesticidas y  niveles excesivos de minerales en el agua potable contribuyan a la aparición de la enfermedad.

Visto así, y si al final los resultados llegan a validarse, daríamos un paso importante en la verificación definitiva de algunos de los riesgos ambientales que están asociados a la enfermedad.

Uno de los principales riesgos que los familiares de enfermos de alzhéimer corren es el hecho de que alguno de ellos se pierda dentro de su localidad. Es uan situación que genera mucha angustia y desesperación en el cuidador y sobre todo en el enfermo.

Este tema tan crucial es uno de los que se trató en las Jornadas organizadas por la “Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer de Madrid Suroeste” donde se abordó las medidas de prevención y actuación ante casos de desorientación y extravíos de mayores con deterioro cognitivo.

Consideraciones que todos deberíamos saber para estar preparados por si en algún momento nos sucede.