Digamos que este es uno de esos libros que te encuentras por casualidad, porque ya lleva en el mercado desde hace casi tres años, y que una vez lo descubres, lo guardas como un tesoro en tu memoria y en tu corazón, por lo que te hizo sentir cuando lo leíste, por las emociones que despertó en tu interior y porque te acerca de forma magistral a la vida de aquellos enfermos y cuidadores que viven en el presente, pero que ya no recuerdan el pasado y no pueden pensar en un futuro, aquellos que, de una u otra forma, han tenido que aprender a convivir con el mal de alzhéimer.

El título, metafórico y enternecedor, es un reflejo de lo que supone este diario hecho novela que la periodista británica Andrea Gilles ha elaborado y construido de una manera exquisita y sublime.  Andrea decidió dejarlo todo para cuidar a su suegra, Nancy, con principios de alzhéimer, en una vieja casa en el norte de Escocia. Y  este libro es el reflejo hecho palabras de esta experiencia personal. Una narración estremecedora, enternecedora y maravillosamente escrita. En ella narra su experiencia como cuidadora, como una persona que se dedica íntegramente al bienestar de otro para intentar ayudarle a vivir y a también a morir. La historia de Andrea y Nancy y su día a día a veces trágico, a veces cómico,  crea un “extraordinario diario novelado que incluye reflexiones sobre el ser, la falta de pasado o el funcionamiento de la mente y alberga toda una lección de humanidad”.

La Aspirina, ese archiconocido medicamento que hace unos 115 años, cuando se descubrió,  se utilizaba para casi todo, y que fue en su momento un verdadero boom en la industria farmacéutica. Esa pastillita rosa o blanca, pequeñita y con una hendidura en el medio, que todos o casi todos hemos tomado alguna vez. Uno de los fármacos más famosos del mundo, se ha disfrazado de solidaridad para ayudar a luchar contra el mal de alzhéimer, gracias a la iniciativa de los laboratorios Bayer, los creadores de la misma, que ha donado 300 copias de una reedición de dos carteles publicitarios de 'Aspirina' de los años 40, y 300 reproducciones del frasco en que se comercializaba a finales del siglo XIX, para la campaña la campaña “Edición Recuerda”, puesta en marcha por la Fundación Reina Sofía para sensibilizar a la sociedad española sobre la enfermedad del olvido y la necesidad de investigar esta y otras enfermedades neurodegenerativas para en un futuro poder curarlas.

Bonito gesto de Bayer para aportar su contribución a la causa.

La Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) de Estados Unidos acaba de dar vía libra a NAMZARIC, un nuevo fármaco para tratar la demencia alzhéimer, creado por las farmacéuticas Actavis Plc y Adamas Pharmaceuticals Inc.

Este fármaco, tiene como principal objetivo enlentecer el desarrollo de la enfermedad en sus fases leves y moderadas  utilizando una combinación, en un solo comprimido, de memantina y donepezilo, los compuestos químicos de los dos fármacos que actualmente existen para el tratamiento de la demencia alzhéimer y que hasta ahora se tenían que recetar y administrar por separado.

Con este avance, Namzaric permitirá a los pacientes tomar los dos medicamentos en uno y potenciar así la acción de los mismos.

Esperemos que los resultados en EEUU sean positivos y muy pronto Europa tomé la misma decisión.

Este artículo es un ejemplo más de la importancia de determinadas actividades para envejecer cerebralmente de una forma sana y positiva.

Las palabras, las sonrisas, el baile, tres actividades tan comunes en la vida diaria y a la vez tan importantes para nuestro cerebro que deberíamos realizarlas con asiduidad para darle a nuestra mente una inyección de energía y de salud.

Ojalá leamos, riamos y bailemos más, no solo porque son actividades que repercuten en nuestro bienestar psicológico y mejoran el estado de ánimo, sino porque a nuestro cerebro le alarga la vida.