Miércoles, 24 Junio 2015 08:02

AFRONTAMIENTO DEL DUELO

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La fase de pérdida de un familiar al que hemos cuidado durante un largo periodo de tiempo es la más dura y difícil a la que debe enfrentarse el cuidador principal de un enfermo. Dura y difícil no solo porque perdemos definitivamente a alguien al que amamos, sino porque el espacio vital del que cuida queda vacío y sin sentido ya que la vida de esa persona se organizaba y se establecía en base al cuidado y la atención a su ser querido.

Por eso hemos creído importante y conveniente que tengáis acceso a esta documentación de descarga libre y gratuita, a esta guía útil y necesaria para saber afrontar y superar el duelo de una forma sana y correcta para quien tiene, por desgracia, que pasar por un trance de estas características.

Nuestra labor no es solo informar, sino formar a los que quieran y deseen estar al día en cuanto a todo lo básico y necesario para entender las demencias degenerativas, así que os animamos a que leáis y descargues, si así lo deseáis, esta interesante guía.

 

Te dejamos unos cuantos documentos para descargar gratuitamente sobre cómo afrontar el proceso de pérdida.

El duelo, a pesar del sufrimiento que nos hace sentir, es un proceso natural, normal y personal para habituarse a la pérdida de algo o alguien importante para nosotros.

Las manifestaciones más corrientes en el duelo son de malestar emocional como el bloqueo, impotencia, insensibilidad, tristeza, enfado, culpa, ansiedad, soledad, fatiga, miedo, sentimientos de culpa.

Las sensaciones físicas que produce pueden ser: vacío en el estomago, opresión en el pecho, en la garganta, hipersensibilidad al ruido, sensaciones de despersonalización, falta de aire, debilidad muscular, falta de energía, sequedad de boca.

Los pensamientos de incredulidad, confusión, dificultad para concentrarse y olvidos, preocupación, sentido de presencia, alucinaciones visuales y auditivas breves y fugaces.

Las conductas suelen ser: llorar, dificultad para dormir, despertar temprano, pérdida o aumento del apetito, conducta distraída, aislamiento social, soñar con la persona fallecida, evitar recordatorios, buscar y llamar en voz alta, suspirar, hiperactividad, atesorar objetos que pertenecían a la persona perdida, visitar lugares o llevar consigo objetos que recuerdan la pérdida.

CÓMO AFRONTAR EL DUELO

  • Comparte el dolor. Busca y acepta el apoyo de otras personas. Puede ser útil salir de ti mismo/a y escuchar a otros/as. Expresa lo que se sientes e identifica los sentimientos, eso ayudará a que te adaptes mejor.
  • Date permiso para estar en duelo. Puedes creer que es mejor evitar el dolor, distraerte con ocupaciones, pero al final el dolor te saldrá en otro momento.
  • Repasa los recuerdos agradables y desagradables. Te ayudará hablar acerca de la persona fallecida y cómo era durante su vida, tanto como discutir los sucesos de la muerte misma.
  • Aplaza las decisiones importantes. La situación de duelo no es un buen momento. Quizá tomes decisiones buscando evitar el dolor y más tarde podrían lamentarte.
  • Tómate tiempo. El duelo puede durar entre 1 y 3 años. El trabajo de duelo requiere tiempo y paciencia y no puede hacerse en un plazo de tiempo fijo.
  • No descuides tu salud. Durante el duelo somos más susceptibles a sufrir enfermedades. Si padeces alguna enfermedad crónica es conveniente que no abandones los cuidados habituales ni los tratamientos.
  • No te automediques. Si crees necesario tomar algún medicamento, consulta a un médico. Tomar medicamentos “para no sentir” puede contribuir a cronificar tu duelo.
  • Afronta la rutina. La apatía y la fatiga pueden hacerte difíciles las tareas cotidianas, pero éstas son un paso necesario para seguir adelante. Puedes crear una lista de actividades.
  • Date permiso: descansa, disfruta y diviértete.
  • Lee e infórmate sobre todo lo relacionado con el duelo, te puede ayudar a reconocer tus sentimientos y revisar tu visión de la vida y la muerte.

No olvides que “pedir ayuda profesional no significa debilidad”, y como habitualmente se dice “no es fuerte quién no necesita ayuda, sino quién tiene el valor de pedirla cuando la necesita”.

Guía para el afrontamiento del duelo. 

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