SONREÍR
Haz que tu expresión facial sea agradable. Al sonreír tu voz también reflejará este cambio, la persona con alzhéimer puede tener dificultades para entender el mensaje que le quieres trasmitir, pero tras una cara agradable será recibido de mayor agrado. A menos que la situación no sea apropiada para la comunicación compasiva, intenta transmitir un humor alegre. Encontrarás más sencillo el día a día.
EL TONO DE VOZ
Cuida los déficits sensoriales en cada caso particular, pero habla con calma y con cuidado, haciendo saber al otro que te estás acercando. Continua con un tono suave, incluso si la persona se siente mal o agitada. No utilices tonos de imposición, el resultado será mejor si utilizas un tono dulce al comunicar una acción.
EL LENGUAJE CORPORAL
Las personas a las que ayudas son capaces de detectar tu enfado, tensión o frustración. La manera en que te mueves y cómo le ayudas a vestirse, a comer o a acostarse desprenden cantidad de información emocional que puede repercutir de manera negativa. Si notas tensión o enfado, tómate un respiro, sal de la habitación y practica la respiración profunda. Recuérdate que este comportamiento difícil que muestra la persona se debe a la enfermedad y no a sí misma.
TACTO
Ofrécele tu mano, acaricia su pelo, dale un masaje suave si la encuentras receptiva. Presta atención a su respuesta y podrás saber si lo que estás haciendo le calma, o por el contrario, le incomoda.
RECORDAR
Ofrécele temas en los que sienta seguridad por ser capaz de recordarlos, pregúntale por su infancia, por sus padres… Utilizar álbumes de fotos puede facilitar esta actividad.
MÚSICA
Utiliza música de su época para estimular sus recuerdos, para potenciar la comunicación y para hacerle sentir seguridad. Comparte canciones de películas de antaño, folclore, ídolos de su época… Sonrisas, recuerdos, reconocimiento y felicidad asegurados.
Y recuerda… cuando cuidas, una sonrisa vale más que mil palabras.
Rosa Ana García
Psicología Alzhéimer.
Adaptación de: https://www.qmayor.com/salud/pacientes-demencia/