Hace unos días leí este artículo en la California Table Grape Commission. Señalaba que consumir uvas dos veces al día durante seis meses podría ayudar a reducir el avance del alzheimer.
Según dicho estudio, realizado a personas con disminución temprana de la memoria, la baja actividad metabólica en algunas áreas del cerebro es un sello distintivo de esta enfermedad.
Los resultados mostraron que el consumo de uvas preservó la actividad metabólica sana en las regiones del cerebro afectadas por las primeras etapas de este mal.
En cambio, las personas que no consumieron dicha fruta mostraron un declive metabólico significativo en estas regiones críticas.
Una de las razones, se indicaba, es que los polifenoles de uva ayudan a promover las actividades antioxidantes y antiinflamatorias.
En consecuencia, las uvas podrían ayudar a mantener la salud del cerebro trabajando de múltiples maneras: desde reducir el estrés oxidativo en el cerebro hasta promover el flujo sanguíneo saludable en este complejo órgano.
Igualmente, hay otros beneficios de esta fruta rica en fibra, como su aporte a la salud de la piel, la importante cantidad de antioxidantes que contiene y su contribución en la lucha contra la hipertensión.