- Se mantiene informado de forma objetiva sobre la enfermedad.
- Involucra al entorno más cercano para tenerlo como punto de apoyo.
- Es aquel que sabe ajustarse a los tiempos de la persona enferma para las actividades cotidianas.
- Una persona que lucha ante las adversidades de la enfermedad.
- Aquel que establece rutinas que garanticen calma y seguridad al enfermo.
- Una persona que sabe delegar en otros el cuidado del familiar enfermo.
- Una persona que confía en que otras personas pueden cuidar con calidad a su familiar, trabajando la idea distorsionada de “Como yo nadie”.
- Un buen cuidador sabe comunicarse con la persona, sin luchar o intentar hacerle razonar en algunas circunstancias complejas.
- Un buen cuidador es aquel que se ayuda sin miedo de intervención farmacológica, cuando la intervención ambiental es insuficiente.
- Aquella persona que mantiene la autonomía del paciente todo el tiempo posible.
- Una persona que no se comunica de manera infantil con el enfermo o que no habla con otras personas como si este no estuviese presente en la conversación.
Pero, ¿Qué persona es perfecta? ¿Qué persona se comporta siempre de manera modélica?
La realidad es que, entre estos campos dicotómicos, el peor y el modelo… se encuentra la verdadera existencia. Como cuidadores, debemos ser flexibles con nosotros mismos y debemos permitirnos el poder errar, ya que, es humano. Si nos centramos de manera rígida en la hiperexigencia, nos boicoteamos como personas y sufrimos.
Permítete ser una persona humana, que hace lo mejor que puede. Cuidar engloba un sentido, y como cuidadores también debemos buscar cual es el sentido que tiene en mi vida ¿Qué me aporta? ¿Por qué lo hago? ¿Se ajusta a mis valores esta dedicación?
Nos vemos en el siguiente GAM.
Rosa Ana García
Psicología Alzheimer.