Suena algo serio, pero ¿en que consiste en realidad la neumonía? Nos solemos asustar mucho cuando escuchamos la palabra pulmonía o neumonía, y aunque es cosa seria por si se complica, en principio es simplemente la inflamación de los pulmones debido a una infección, puede estar provocada por virus, bacterias e incluso hongos, en individuos sanos suele resolverse sin problemas, pero en nuestros enfermos de alzhéimer puede complicarse debido a un sistema inmunológico debilitado y a la falta de movilidad. Y es que justamente la movilidad escasa es la que promueve la acumulación de secreciones en las bases pulmonares, si a eso le añadimos que la capacidad de toser y de expectorar están disminuidas o incluso abolidas en fases más avanzadas del Alzheimer tenemos un coctel peligroso
Los síntomas iniciales de la neumonía son tos productiva y expectoración purulenta (con pus), fiebre y dolor torácico y se confirma mediante radiografía de tórax
¿Qué podemos hacer para prevenirla?
Parece una medida muy simple, pero es esencial beber mucha agua para lograr fluidificar el moco y que no se acumule, una alimentación adecuada y abundante hidratación es fundamental siempre, pero más aún durante los procesos gripales. Se debe prestar especial atención en los pacientes con dificultades de deglución ya que puede producirse una neumonía por aspiración (algún liquido o alimento es aspirado al árbol bronquial favoreciendo así la producción de bacterias y produciendo infección en el mismo)
La fisioterapia respiratoria en nuestros enfermos de alzhéimer es muy importante para evitar la acumulación de moco en las bases pulmonares y la infección del mismo. Al igual que facilita la tos y la movilización de las secreciones.
Todo esto junto con la medicación que nos recete el medico hará que se mantenga la neumonía bajo control y se resuelva en el menos tiempo posible sin más complicaciones.