Así, la monitorización de estos cambios y los resultados de cuantificación pueden complementar el diagnóstico radiológico tradicional, mejorando su precisión. El resultado es un informe radiológico más personalizado, estandarizado y estructurado, convirtiéndose en una de las herramientas más eficaces para el seguimiento, pronóstico y tratamiento de pacientes con enfermedades neurodegenerativas y patologías psiquiátricas.
Esta técnica es especialmente útil para personas que puedan presentar un deterioro cognitivo leve, que incluye déficit de memoria, y que es la antesala de la enfermedad de alzhéimer, punto en el que el especialista puede iniciar el tratamiento adecuado con el fin de influir en el retraso de la degeneración. También los pacientes con enfermedades como, por ejemplo, la esclerosis múltiple, se benefician de estas pruebas, ya que a través de los resultados del estudio se puede observar la evolución y pronóstico de la enfermedad con mayor precisión.
Otras de las enfermedades que pueden ser estudiadas mediante la técnica de morfometría cerebral son el párkinson, epilepsia,trastornos de déficit de atención, retraso del desarrollo psicomotor, trastorno del lenguaje, hidrocefalia y otras enfermedades psiquiátricas como la depresión, trastorno bipolar, fibromialgia o fatiga crónica.
¿Cómo funciona?
El primer paso para poder obtener resultados es la resonancia magnética con imágenes del cerebro en 3D. Una vez se obtienen estas imágenes tridimensionales, se envían al departamento de Cuantificación Quirón Valencia, donde se comparan con una base de datos de pacientes controles sanos (de 0 a 80 años), lo que permite la obtención de las diferencias entre el paciente y el grupo de muestra.
Los estudios son individualizados para cada paciente, analizando punto por punto las variaciones volumétricas de cada región anatómica: corteza cerebral, sustancia blanca, lóbulos frontales, parietales, occipitales y temporales, o estructuras más pequeñas como hipocampo, amígdala, tálamo, etc. Las cifras de volumen de cada estructura anatómica que se obtienen son comparadas con la de los controles sanos de la muestra y se especifican las áreas significativas que mediante desviación estándar difieren de las consideraciones normales para la edad y sexo del paciente. El post-procesado de estos datos se realiza con algunos algoritmos propios de las herramientas informáticas más avanzadas para la cuantificación de estudios por neuroimagen.
En un plazo de no más de 48 horas, el servicio de neurorradiología de Hospital Quirón Zaragoza recibe los resultados y realiza el informe, que ayudará a los diferentes especialistas a diagnosticar precozmente y de forma más precisa, o ver la evolución y pronóstico de algunas enfermedades neurodegenerativas.
Fuente: Heraldo