Dormir, y todo lo que conlleva, es una de las piezas claves de este complejo entramado de signos y síntomas que rodean al mal de alzhéimer. Y es que, una nueva investigación ha determinado que una peor calidad de sueño puede ser un síntoma prodrómico o temprano del mal del olvido.
Si esto es así, nos encontraríamos con una señal más a tener en cuenta a la hora de detectar precozmente la enfermedad.