Pero la niña tendrá que afrontar su miedo a la oscuridad para así disfrutar intensa y plenamente del momento en que se produzca el eclipse. Cuando llega el momento en el que se hace de noche en pleno día, las dos protagonsitas entenderán, de forma totalmente metafórica, que, en algunas ocasiones, la mente también se verá eclipsada por una realidad que puede llegar a oscurecer y borrar todos nuestros recuerdos.