Llevamos varias semanas comentándoos la importancia de prevenir las caídas, esta semana os explicamos que hacer si tras una caída os encontráis que se ha fracturado algo vuestro familiar, y os digo os “encontráis” porque en algunos casos  será difícil de diagnosticar, ya que en muchos enfermos de alzhéimer la capacidad de comunicarse se encuentra alterada no podrán comentaros con claridad lo que sienten, deberéis  estar atentos ante los primeros síntomas y acudir al médico si os encontráis una zona muy inflamada, caliente o rígida.

Es complicado llevar escayola si padeces alzhéimer, ya que no solo no recuerdas haberte caído sino que en muchos casos no entenderá que no debe intentar quitársela, si a eso le sumamos en hándicap de una fractura de miembros inferiores, podemos estar frente a una situación difícil de afrontar. Lo mejor es armarse de paciencia y esperar, tras los primeros días nuestro familiar se acostumbra a llevar el yeso y no solo dejara de intentar quitárselo sino que lo integra en su rutina.

Un nuevo estudio realizado por investigadores del Centro de Investigación de la Demencia ‘Alzheimer Escocia’ de la Universidad de Edimburgo (Reino Unido), concluye que la exposición reiterada a determinados factores de contaminación atmosférica eleva el riesgo de padecer demencia. Además, también añade  que bajos niveles de  vitamina D también está asociado a un mayor riesgo de sufrirla. Y el estudio no solo queda ahí, sino que concluye que también puede ser posible que la exposición a determinados pesticidas y  niveles excesivos de minerales en el agua potable contribuyan a la aparición de la enfermedad.

Visto así, y si al final los resultados llegan a validarse, daríamos un paso importante en la verificación definitiva de algunos de los riesgos ambientales que están asociados a la enfermedad.

Este libro de Pablo Caracol, patrocinado por la Fundación Alzhéimer España, es una de esas joyas ilustradas únicas y originales que aborda el alzhéimer desde una óptica diferente e innovadora.

Cuenta la historia de Lola, una niña-anciana, que mediante ilustraciones y poesía, cuenta el diario vivir de la protagonista y su forma de encarar la enfermedad del olvido.

Es un libro diferente, lleno de poesía, de humor, de realismo y de esperanza, que nos enseña a ver el alzhéimer desde un punto de vista más humano y comprensible.

Merece la pena leerlo, disfrutarlo y aprender de él.

La pasividad es un síntoma que a simple vista puede parecer o resultar desconocido a la hora de hablar del alzhéimer, un síntoma que a veces solo se asocia a etapas muy avanzadas de la enfermedad en la que el enfermo permanece mucho tiempo encamado y apenas realiza actividades básicas, pero lo que la mayoría de la gente no sabe es que la pasividad, este síntoma que se asocia frecuentemente a los trastornos depresivos, es también una característica muy común de la demencia alzhéimer, y no solo en etapas avanzadas de deterioro, sino incluso en las primeras fases.

No dejéis de leer este interesante artículo que os explica y describe con todo lujo de detalles, uno de los síntomas más desconocidos del mal del olvido.