Jueves, 15 Octubre 2015 13:00

LA DEPRESIÓN A PARTIR DE LOS 65 AÑOS

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Envejecer, más concretamente, asumir y reconocer que nos estamos haciendo viejos en años, es quizás uno de los retos más difíciles de superar para un ser humano.

Difícil porque psicológicamente no es fácil asumir las restricciones físicas, emocionales y cognitivas que van asociadas al paso de los años y a la edad, por eso hemos querido compartir este estupendo artículo del diario ABC en el que se dan una serie de pautas y claves para superar con eficacia la barrera de los 65 años sin caer en la tan temida DEPRESIÓN DE LA TERCERA EDAD.

Es evidente que la edad genera algunas limitaciones, pero también está claro que si nos sabemos adaptar a ellas, y si aprovechamos las ventajas que también pueden dar los años, estamos ante una etapa de la vida que puede generarnos muchos beneficios sin necesidad de deprimirnos por hacernos viejos, sino entendiendo que envejecer es sinónimo de vida y de disfrute, si sabemos cómo hacerlo.

 

No todas las personas asumen de la misma forma superar la barrera de los 65 años. Más o menos, a partir de ese momento comienza una etapa de la vida en la que se sufren muchos cambios físicos, hormonales, emocionales, de rutinas... Por si fuera poco, suceden acontecimientos estresantes como la pérdida de seres queridos, la falta de autonomía, el sentimiento de inutilidad, el cambio de domicilio (si han de ir a vivir a casa de un hijo o a una residencia). Todos estos cambios son factores de riesgo para sufrir una depresión. Los expertos de Lepant Residencial ofrece varios consejos para evitar caer en esta angustia durante esta etapa de la vida y vivir con más salud:

1. El estado de ánimo de la persona mayor se mantendrá estable si tiene una buena cobertura familiar, de apoyo y comprensión, y si mantiene una actitud positiva y de aceptación para afrontar los cambios que aparecen en la tercera edad. Pero muchas veces no es así, las personas mayores se deprimen durante esta etapa, y hay que ayudarles a volver a tener ilusión por la vida mediante psicoterapia y farmacología.

Los cuidadores principales o familiares de las personas mayores son los responsables de ayudarle para que no llegue a un estado depresivo. En primer lugar, es imprescindible «apoyar al mayor durante todo el proceso de la vejez. No podemos evitar que sucedan los cambios fisiológicos propios de esta etapa, como la pérdida de visión o de oído, pero podemos acompañarlo en el proceso, escucharlo y mostrar comprensión, e incluso reírnos juntos sobre la nueva situación», comenta Alba Ribas García, psicóloga Lepant Residencial.

 

2. Resulta muy positivo que el mayor se relacione con personas de su misma edad, por ejemplo, acudiendo a una casa para personas mayores, a un centro de día, a reuniones de amigos, a clubs de lectura o de costura. En estas terapias de grupo los mayores pueden compartir su situación con otros a los que les están sucediendo los mismos cambios, expresar sus sentimientos y darse cuenta de que no están solos para afrontarlos.

3. Realizar actividad, mantenerse activo el mayor tiempo posible, es otro factor que contribuye a evitar la depresión. «Hacer clases de gimnasia, talleres de memoria, salir a pasear, coser, o hacer pasatiempos», añade Ribas. El ejercicio físico mejora el flujo sanguíneo y promueve el buen estado de ánimo.

4. A nivel nutricional existen una serie de alimentos que pueden ayudar a prevenir el estado anímico deprimido, como el pescado azul, la avena, el arroz integral y la fruta rica en vitamina C como el limón, la naranja y el kiwi. Es muy beneficioso el uso del jengibre,pues ayuda al cerebro a liberar endorfinas.

5. No hay que olvidar tomar el sol y reír. La risa es muy beneficioso para mantener el estado de ánimo positivo, la risa no debe faltar en ninguna etapa de la vida.

 
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