Viernes, 07 Noviembre 2014 12:34

PARA REFLEXIONAR: "CUANDO YO YA NO PUEDA" DE MARIANO OSORIO

Valora este artículo
(0 votos)
Manos enlazadas Manos enlazadas Manos Enlazadas

Hoy, como cada viernes desde que nuestra querida Fiso está de baja por maternidad, os quiero dejar una pequeña o gran reflexión, según se mire y según se sienta.

“Cuando yo ya no pueda”, de Mariano Osorio, es un compendio de verdades y realidades que todos los seres humanos acabaremos experienciando tarde o temprano.

“Cuando yo ya no pueda” es el recordatorio de que algún día, los hijos deberán ejercer de padres, y los padres de hijos, pero que, a pesar de ese duro cambio de roles, el amor será la clave para que, pase lo que pase, los lazos de afecto entre ambos nunca se pierdan.

CUANDO YO YA NO PUEDA

“El día que esté viejo y ya no sea el mismo, ten paciencia y compréndeme. Cuando derrame comida sobre mi camisa y olvide como atarme los zapatos, recuerda las horas que pasé enseñándote a hacer las mismas cosas.

Si cuando converses conmigo repito y repito la misma historia que tú conoces de sobra, no me interrumpas y escúchame. Cuando eras pequeño, para que te durmieras tuve que contarte miles de veces el mismo cuento hasta que cerraras tus ojitos.

 

Cuando haga mis necesidades frente a otros no me avergüences no tengo culpa de ello, no puedo controlarlo. Piensa cuantas veces te ayude de niño pacientemente.
No me reproches porque no quiera bañarme; ni me regañes por ello. Recuerda cuando te perseguía y los mil pretextos que inventaba para hacerte más agradable tu aseo.

Acéptame y perdóname ya que el niño ahora soy yo…

Cuando me veas inútil e ignorante frente a todas las cosas que tú sabes y que ya no podre entender, te suplico que me des todo el tiempo que sea necesario para no lastimarme con una sonrisa burlona o tu indiferencia.
Siempre participe en la educación que hoy tienes para enfrentar la vida tan bien como lo haces, y si fallan las piernas por estar cansadas, dame una mano tierna para apoyarme como lo hice yo cuando empezaste a caminar con tus débiles piernitas, no te sientas triste o impotente por cómo me ves dame tu corazón, compréndeme.

De la misma manera como te he acompañado en tu sendero, acompáñame a terminar el mío, dame amor y paciencia que yo te volveré gratitud y sonrisas con el inmenso amor que tengo por ti; piensa que con el paso que me adelanto a dar estaré construyendo para ti otra ruta de amor en otro tiempo.”

Visto 7722 veces