Martes, 03 Junio 2014 09:23

COMER BIEN, OTRA FORMA MÁS DE PLANTARLE CARA AL MAL DE ALZHEIMER

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No es la primera vez que desde nuestra web le damos relevancia a la importancia de una alimentación sana y equilibrada como forma de mejorar la calidad de vida de los enfermos aquejados por demencias degenerativas.

Por eso hoy queremos compartir con vosotr@s este artículo que describe de forma detallada el papel fundamental que la alimentación y determinados grupos alimenticos juegan en la lucha contra el mal de alzhéimer.

Está claro y meridiano que una correcta forma de alimentarse no solo influye positivamente en otras enfermedades como la hipercolesterolemia, la diabetes, o la las patologías cardíacas, sino que también posee un extraordinario efecto beneficioso en las funciones cerebrales y las enfermedades neurológicas.

 

En la actualidad, la enfermedad de Alzheimer, una alteración neurodegenerativa primaria, es la causa más común de demencia en personas mayores de 60 años. Cuando una persona padece esta alteración, experimenta cambios microscópicos en el tejido de ciertas partes de su cerebro y una pérdida progresiva de una sustancia vital para el funcionamiento cerebral llamada acetilcolina.

Sólo en Argentina la padecen 500 mil personas y, según el ministerio de Salud de la Nación, ocupa el quinto puesto entre las enfermedades más temidas por los habitantes locales. Si bien todavía se está luchando para encontrar una cura, nuevos estudios científicos demostraron que manteniendo una dieta saludable con ciertos nutrientes se puede reducir el riesgo de contraer esta patología.

La ingesta de nutrientes como el ácido graso DHA y la vitamina E contribuyen a retrasar los efectos del Alzheimer, ya que poseen importantes efectos en el desarrollo del cerebro y la prevención en la pérdida de la memoria.

Podemos encontrar DHA en alimentos como, por ejemplo,  salmón, atún, huevos, soja y productos fortificados como aceite o leche. Por su parte, la vitamina E está presente en frutas y verduras –sobre todo las de hoja verde–, aceites vegetales, germen de trigo, frutos secos y maíz.

La importancia de estos nutrientes radica en que son un componente estructural de las células nerviosas del cerebro. De hecho, el DHA representa el 97% de los ácidos Omega-3 presentes en él.

Según investigaciones científicas, las personas con un alto nivel de DHA en la sangre presentaron una reducción significativa (de alrededor del 47%) en el riesgo de desarrollar demencia por cualquier tipo de causa.

Después de nueve años de seguimiento, las personas con niveles más altos de DHA en el plasma también demostraron tener una menor probabilidad de desarrollar Alzheimer.

Respecto a la incidencia específica de la Vitamina E en el Alzheimer, su incorporación permite también obtener una mayor independencia a la persona y, por ende, resulta menos necesaria la presencia de cuidadores, algo altamente valorado por la población adulta, tanto física como psicológicamente.

Otra forma de contribuir en la prevención del desarrollo de esta enfermedad es llevar un estilo de vida saludable, lo que permite retrasar la expresión de los síntomas negativos asociados normalmente con el envejecimiento.

Uno de estos aspectos incluye la adición de DHA y Vitamina E a la dieta en todas las etapas de la vida, incluso en los más chicos. Las pruebas están a la vista: el estudio DOLAB recientemente publicado en el Journal of Sleep Research indicó que los niños en edad escolar que consumían suplementos con DHA en su dieta alcanzaban a conciliar el sueño por más tiempo (58 minutos más, en promedio), algo fundamental tanto en el desarrollo cognitivo como en la adquisición de un estilo de vida más saludable.

Estadísticas

Para hacer un repaso y cuantificar todo lo concerniente al Alzheimer, es necesario remarcar una serie de estadísticas que explican el crecimiento de dicha enfermedad:

- Acapara entre un 60% y un 70% de los casos de demencia.

- Se estima que en todo el mundo hay alrededor de 25 millones de personas con Alzheimer.

- Por lo general afecta a personas de 60 años o más, aunque en los mayores de 85 hay una probabilidad mayor al 30% de desarrollar esta patología.

- La tasa de mortalidad por la enfermedad de Alzheimer subió el 30 por ciento entre 2001 y 2011 en la Argentina, según el Ministerio de Salud de la Nación.

- En 2012, el Ministerio de Salud de la Argentina reveló que el Alzheimer se encuentra en el 5° lugar entre las enfermedades que más atemorizan a los argentinos. 

Hay que tener en cuenta que el cerebro, como cualquier otro órgano del cuerpo, requiere de nutrientes que ayudan a mejorar las capacidades (la memoria, el aprendizaje, la concentración y la relación de conceptos, entre otras funciones) y a reducir las posibilidades de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.

Los beneficios de incorporar a la dieta diaria alimentos con propiedades neuroprotectoras, como los ácidos grasos, son incontables y pueden influir positivamente a lo largo de toda la vida. Tan sólo se requiere un cambio en los hábitos alimenticios y un estilo de vida saludable.

* Rodrigo Valenzuela Báez, Doctor en Nutrición y Alimentos, Universidad de Chile.

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